Ulises era un sabio rey de Ítaca que fue a luchar a la Guerra de Troya. Pasado 10 años de guerra emprendió su viaje de vuelta a su isla donde le esperaba su mujer. El rey tardó otros diez años para volver así que estuvo veinte fuera.
Todo su viaje de vuelta se narra en la Odisea de Homero. El viaje de vuelta estuvo plagado de aventuras. Una de las más conocidas, el encuentro de Ulises con las sirenas.
Las sirenas eran unos seres que voladores con cuerpo de ave y cara de mujer cuyo canto enamoraba y atraía a cualquiera que lo oyera. Ulises quería oír el canto pero no quedar hechizado así que ordenó que lo ataran al mastil del barco para poder oír el canto pero no ser atraído. También ordenó que los demás miembros del barco se taparan los oídos.
Ejemplo:
Ítaca
Si vas a emprender el viaje hacia Itaca
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencia, en conocimiento.
A Lestrigones y a Cíclopes,
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones ni a Cíclopes,
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.
Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en loa emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperlas y coral, y ámbar y ébano,
perfúmenes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Itaca te enriquezca.
Itaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentres, no te engañará Itaca.
Rico en saber y vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Itacas.
Constantino Kavafis
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