El hombre se mueve sólo por vanidad. Olvida que hay demás personas y actúa de una forma egoísta.
Los plazeres e dulçores
desta vida trabajada
que tenemos,
non son sino corredores,
e la muerte, la çelada
en que caemos.
Non mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta
no hay lugar.
Jorge Manrique
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